Hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana…
Nueve palabras (también es su versión original) que no pueden ser más simples. Que por sí solas no significan casi nada. Pero a día de hoy siguen provocando emociones, y son la base de buena parte de la cultura actual.
No es casualidad que comience así este artículo, pues esto es lo que sentí cuando vi hace poco estas palabras en el cine. Tantos años después, me siguen ilusionando. Porque de esto va todo: de la ilusión, de la fantasía, de lo que significa Star Wars.
Star Wars es más, mucho más que un puñado de películas. Es demasiado más. Y sin embargo… Star Wars sólo son nueve películas (tres, si nos ponemos puristas). Ambas afirmaciones son correctas y reto a cualquiera a que intente rebatírmelas. ¿Cómo es posible? Pues entender esto es clave para poder entender el Episodio IX, y en general, toda la saga.
Hay tanto, tanto que decir, que no puedo limitarme a un solo artículo. Así que he decidido dividir esta megarreseña en dos partes: la primera sin spoilers, y la segunda, ya entrando al detalle, con.
Vamos allá.

El problema del Episodio IX
Star Wars Episodio IX tiene dos puntos de partida que son claves.
El primero son los episodios VII y VIII, sobre todo este último. Ambas películas han establecido un batiburrillo de personajes, conceptos y situaciones casi imposible de cuadrar.
Nunca sabremos lo que tenía en mente J. J. Abrams al dirigir el Episodio VII, porque Rian Johnson se encargó de llevar la historia por sus propios derroteros, eliminando de un plumazo y sin compasión al que parecía llamado a ser el villano de la trilogía (Snoke) y metiéndose en charcos argumentales de los que era imposible salir. Es posible que el Episodio VIII sea la peor película de Star Wars (la comunidad de fans pidió oficialmente que no se considerase canon), y sin embargo, cuenta con la que es, en mi opinión, la mejor escena de toda la saga, como cuento aquí. Y tras ver el Episodio IX lo sigo pensando.
El caso es que si eliminamos todo el sinsentido del casino y el altramuzplán de Finn y compañía, así como el absurdo de una «batalla» en la que sólo un bando hace algo, nos queda una película que profundiza y mejora a los tres personajes protagonistas: Luke, Rey y Kylo Ren, y en el concepto de la Fuerza.
Pero no voy a enredarme con esto, el caso es que el laberinto argumental del que parte el Episodio IX tenía una muy difícil salida, creo que en eso estaremos todos de acuerdo.
El segundo punto de partida es la miríada de material que hay alrededor de Star Wars. Libros, series, cómics, juegos de rol, de mesa, videojuegos, merchandising, música, material fan-made… La Fuerza es un religión reconocida en varios países (no es coña, aquí tenéis el artículo de la wikipedia acerca del Jediismo, y aquí el enlace a la web de la Iglesia Jedi de Nueva Zelanda). Hay tal exceso de material relacionado con Star Wars, que ni el fan más fan habrá podido abarcar jamás todo lo que existe.
Como decía antes, Star Wars es muchísimo más que un puñado de películas. Y ésa es una losa demasiado pesada con la que lidiar.
Por tanto, con el Episodio IX J. J. Abrams se enfrentaba a un desafío imposible: encontrar la cuadratura del círculo y darle a la saga un final digno satisfactorio para todo el mundo, empezando por él mismo, pero sobre todo, para la excesivamente exigente comunidad fan. Conseguir que todo tuviese sentido, que en sí mismo es un sinsentido cuando hablamos de fantasía.
El problema, el verdadero gran problema de Star Wars Episodio IX es… Star Wars.
Era imposible. Y por eso no lo ha conseguido. Pero en mi opinión ha estado razonablemente cerca.
Dos errores y dos aciertos
Primer error: Palpatine
(Antes de que alguien me acuse de spoiler, debo recordar que sale en el mismo trailer).
En este blog he repetido hasta la saciedad que la grandeza de una historia no está en el héroe, sino en el villano. Y que si éste no está a la altura, la historia no lo estará jamás.
Yo entiendo a J. J. Abrams: al quedarse sin Snoke, necesitaba a un lord Sith de categoría. Así que recurrió al lord Sith por excelencia (sí, ya sé que esto es discutible, pero si nos ceñimos a las películas creo que todos lo tenemos claro). Las alternativas eran Kylo Ren (es a quien hubiese escogido yo), que partía de una difícil base al estar en el punto de mira de buena parte de la comunidad fan, o inventarse uno nuevo, y desde luego un episodio final no es el momento para hacerlo.
Fue un error, en cualquier caso. Nunca debe resucitarse a nadie, tampoco a un villano, porque eso le quita todo el mérito y utilidad a acabar con él. Si algo tiene de dramática la muerte es que es definitiva; si no lo fuese, dejaría de ser lo que es.
Segundo error: corrección de guión
Da la sensación de que no ha habido un proceso de corrección. Aunque sólo sea la misma conversación que podemos tener los fans tomando algo, y que se supone que habrán tenido el director, guionista y productor, con la asesoría de unos cuantos ultra-mega-nerds con las pestañas quemadas de haber visto demasiadas veces las películas de Star Wars. Pero no, esto no ha ocurrido, hay demasiados gazapos o escenas incoherentes.
En alguna reseña he leído que Abrams intenta contar demasiado en muy poco tiempo. Es posible, pero yo no creo que sea ése el error. Más bien creo que se mete en berenjenales innecesarios para pasar deprisa y corriendo de una escena a otra. Es más bien una falta de cuidado que otra cosa.
Primer acierto: el llamado fan service
Me perdonaréis el anglicismo, pero es que no encuentro un término mejor. Y es que claramente Abrams ha tenido en la chepa toda la presión del mundo fan. Hay múltiples guiños a la trilogía clásica que no pasan desapercibidos.
Es un acierto porque nos conecta con lo que ya conocemos. Te puede gustar más o menos la película, pero si has crecido absorbiendo hasta el último detalle de la trilogía clásica, te vas con la sensación de estar viendo Star Wars.
Estar viendo Star Wars.
Lo repito y lo destaco porque es un concepto importante. Yo no he tenido esa sensación viendo la «primera» trilogía (Episodios I-III). Sí la he tenido en los Episodios VII y VIII, pero en el IX la sensación es muchísimo mayor.
No hablo de volver a contar lo mismo (que es lo que pasa con el final del VII). Hablo de ambiente, de escenarios, de vestuario, de criaturas, de naves espaciales, incluso de la forma de hablar de los personajes. Hablo de la esencia pura de Star Wars, que no, no son sólo samuráis con palos luminosos.
Segundo acierto: el ritmo
El guión puede hacer aguas por muchos sitios, pero creo que la película tiene el ritmo adecuado.
Pregunta: ¿prefieres que te cuenten mal una buena historia, o que te cuenten bien una mala historia? Yo me quedo con lo segundo.
Pues un poco eso es lo que pasa aquí: ya puedes tener el mejor guión del mundo, que si me lo cuentas mal me voy a dormir en el cine. Y viceversa: puedes venderme una peli como Regreso al futuro llenísima de gazapos o una tontería tan grande como Los cazafantasmas, que si tiene la magia adecuada me lo voy a tragar con mucho gusto (como comentaba aquí).
Así que sí, como decía antes, la película habría necesitado una importante corrección de guión. Pero lo supera en parte gracias al ritmo perfecto de la película, que hace que dos horas y media se pasen volando.

Resultado: peliculón
Vamos a la conclusión de todo esto, y de paso a provocar polémica. A MÍ ME HA ENCANTADO.
Me lo he pasado como un jodido enano. Desde el brillante e intenso arranque, que es de los mejores que recuerdo en el cine, hasta la emotiva escena final que me puso los pelos como escarpias.
Que sí, que hay muchos fallos, que yo también salté de indignación al ver determinadas cosas que yo nunca habría permitido de haber sido el director de esta película. Pero también hay un ritmo trepidante, unas escenas visualmente impresionantes, una banda sonora que quita el sentido, unas interpretaciones más que correctas, y alguna que otra sorpresa.
No dudo en colocar el Episodio IX entre las tres mejores películas de la saga. [Ahora mismo escribo tapándome con un escudo, pero con mucha convicción]
Entiendo perfectamente todas y cada una de las críticas que he leído al respecto, y comparto muchas de ellas. Pero eso no quita para que me lo haya pasado genial viendo la película, que al menos para mí, es de lo que se trata.
Acerca de la negación del Episodio VIII
En la película hay varias escenas en las que claramente J. J. Abrams desdice o niega algo de lo dicho en la entrega anterior. Empezando por la premisa acerca de la cual gira todo el argumento de ésta.
Me ha sorprendido leer muchas críticas al respecto, ya que el Ep. VIII acumuló numerosas quejas. Decía antes que hay peticiones para que no se considerase canon… y ahora los mismos que despotricaron de este episodio también despotrican porque Abrams lo corrige en la medida de lo posible. ¿Qué es lo que tenía que haber hecho Abrams? ¿Aceptar directamente lo establecido, o buscarse la vida para (en algunos casos) corregirlo?
En mi opinión lo hace con bastante elegancia, corrigiendo sin contradecir. No me rechina casi nunca, aunque sean correcciones evidentes. No lo considero un acierto, pero tampoco lo critico.
Lo cual me lleva a lo siguiente…
Una reflexión acerca de la comunidad fan
Y tal vez con esto me vaya a llevar algunas collejas, pero espero que se me lea con mente abierta.
El otro día un amigo que habla mucho en un podcast muy conocido me comentaba que Star Wars nos pertenece a todos los que consumimos Star Wars. Que los fans nos hemos ganado el derecho a opinar y a exigir determinado respeto por la saga, tras años décadas de un consumo casi enfermizo. Y no le falta razón.
Pero creo que al pensar así nos estamos pegando un tiro en el pie.
En el mundo futbolístico suele decirse que hay tantos entrenadores como aficionados al fútbol: todos tenemos la clave de lo que debería hacerse, y más cuando se trata de nivel de selecciones. Pues creo que aquí pasa lo mismo: todos los fans tenemos nuestra propia visión de Star Wars, y nos ofende que determinados conceptos sean reinventados o modificados.
Y digo yo, ¿quiénes somos nosotros para tener derecho a ofendernos? ¿No deberíamos ser «simples» espectadores y limitarnos a disfrutar (o sufrir) estas películas? Creo que todos nosotros habríamos matado por dirigir cualquier película de Star Wars, pero por desgracia sólo uno ha podido hacerlo.
Dice mi amigo que habla tanto que los jedis no vuelan. Y yo estoy de acuerdo. Pero ¿quiénes somos nosotros para discutir una magia que no hemos inventado? ¿Por qué es más canon el Episodio I (con su profecía que nunca he entendido, sus midiclorianos, y por favor, su Jar Jar Binks -¿es que ya hemos olvidado a Jar Jar?- que el Episodio IX? Curiosamente, los diseñadores del juego de rol de SW d20, que probablemente tengan más autoridad que mi amigo y yo, opinan que los jedis sí vuelan.

En las redes sociales se ha visto cierto debate: en general, los fans viejunos (léase por viejunos a aquellos que vivimos la primera trilogía) se han rasgado las vestiduras con el Episodio IX, mientras que los fans más jóvenes (aquellos que, en algunos casos, incluso eran demasiado pequeños para ver en el cine los Episodios I – III) consideran esta última película como la mejor de Star Wars.
¿Cómo es posible semejante disparidad de opiniones? ¿Es que el criterio de unos es mejor que el de otros? Rotundamente NO, eso sí que lo tengo claro. Lo que pasa es que unos venimos de un origen distinto que otros.
Dice mi amigo, cuyo superpoder es lo-de-hablar, que el Episodio IX se caga en la base de lo que es Star Wars, que no respeta las 6 películas en las que se narra la historia de Anakin Skywalker y cómo termina derrotando al Emperador tirándolo al vacío. Y no le falta razón.
Pero ése es su punto de vista; yo tengo otro. Para mí (y sospecho que también para J. J. Abrams, a tenor de la última escena del Episodio IX) Star Wars es la historia de un granjero de Arkansas Tatooine que se enfrenta a un pasado familiar terrible en un escenario gobernado por un Imperio opresor. Es la historia de Luke, no la de Anakin, y desde luego no la de Palpatine. Por tanto, desde mi punto de vista (tan válido como el de mi amigo), son los Episodios I-III (y en cierta medida el VIII) los que se cagan en el canon, mientras que el Episodio IX pone las cosas en su sitio. Más o menos.
Si entre dos fans de la misma generación y con puntos de partida casi iguales hay semejantes diferencias, ¿cómo no va a haberlas cuando hablamos de generaciones separadas por décadas? A mí la sensación que me da es que la comunidad fan de Star Wars se ha ahogado a sí misma, exigiendo un nivel argumental que resultaba imposible conseguir, y olvidándose de disfrutar por el camino.
Pero bueno, como suele decir otro amigo mío, las opiniones son como culos: todos tenemos el nuestro, que en mayor o menor medida está lleno de midiclorianos.
(Continúa en este artículo)
Yo solo digo que J.J. ya está en mi lista de enemigos mortales. Resucitar a Palpatine, que poca verguenza tiene. No se como este tio ha podido hacer cosas tan guapas como Fringe y luego hacer esta cagada.
Yo no creo que sea sólo culpa de JJ, sospecho que las órdenes vinieron de arriba. Pero sí, desde luego lo de resucitar a Palpatine es el mayor error de todos.
No lo se si fue idea suya, pero siempre puede mandarles a freir espárragos y decirles que se busquen otro director.
Tu amigo parece ser todo un maestro en maldad, como Vader.
Mucho que aprender aún tiene
A mí también me gustó mucho, creo que la cerró de la mejor manera posible dado como estaba todo y me considero muy cerca de tu punto de vista que comentas en las conclusiones finales.
Luego al salir del curro me leo el artículo que también has publicado con spoilers
Me alegro de que coincidamos. ¡Gracias por comentar!