Lo confieso: de todo lo que implica wh40k, la parte de la pintura es la que menos me llama. Las horas que hay que echar para montar y pintar las minis, cada vez más preciadas, son lo que me echa para atrás. Prefiero dedicar dicho tiempo a escribir un artículo (como éste), a comerme la cabeza con las listas o a cualquier otra cosa.
La única satisfacción que realmente recibo es cuando veo terminada una miniatura, y la verdad, mis escasas habilidades artísticas hacen que el resultado final sea de aprobado justito.
El problema se agrava cuando se apelotonan las minis. La Marea Gris, que ahora también es Azul gracias al Warhammer Conquest, me pide a gritos que haga algo. Y encima veo en lontananza acercarse al ya no tan lejano GT de Talavera 2019. Tengo que hacer algo. Y tengo que hacerlo ya.
Por suerte, no estoy solo. Mi amigo Byor contaba en su blog hace poco que le pasaba algo parecido. La culpa la tiene una Valquiria cuyo anticuado diseño hace que el trabajo sea excesivo. Sumado a eso la saturación que le produjo pintarse 120 miniaturas del culto genestealer para un torneo, ahí es nada.
En su artículo, Byor nos pregunta si nos hemos visto en alguna situación así y qué hemos hecho para superarlo. Pues bien, yo me encuentro hoy en la misma situación. Pero como soy incapaz de condensar la respuesta en el cajetín de los comentarios, prefiero escribir un artículo, que además de respuesta sirve como terapia, para organizarme la cabeza y el tiempo, y como reto autoimpuesto.
Porque voy a derrotar a la Marea Gris. Y también a la Azul.
Conocer al enemigo: la Mareona
Empecemos por el principio. Y lo primero es ser consciente de a qué me enfrento. Porque si en los años que llevo de hobby (prefiero no decir cuántos, pero ya son muchos) no he conseguido derrotar a la Maerona por completo nunca, tampoco voy a hacerlo hoy. Hay que acotar el trabajo, dividir la Mareona.
¿Que por qué la llamo la Mareona? Pues porque es la Marea Gris y también Azul. Así me refiero a ambas con un sólo término y de paso lanzo un guiño a mis colegas asturianos.
Lo que hay que hacer es ponerse un objetivo razonable, o sea asumible. Y para ello lo mejor es hacer un inventario del trabajo que tengo pendiente y que me urge para jugar.
- Montar unos robots kastelan. E imprimarlos.
- Montar 3 reivers.
- Volver a montar y pegar las miniaturas de Conquest easy-to-build.
- Imprimar y pintar todas las minis de la caja Shadowspear.
- Imprimar y pintar todas las minis de Conquest.
- Conversionar un ranger skitarii en un francotirador.
- Terminar de pintar dos escuadras de rangers de skitarii, un tecnosacerdote y un dominus.
Tengo muchísimo más trabajo pendiente, por supuesto, pero es obvio que de momento no puedo aspirar a más. Si consigo todo esto que he escrito me puedo dar por satisfecho.
De todos modos, soy realista y sé que hacer esto a corto plazo es imposible, así que voy a excluir de la lista de pintado las miniaturas que no necesito de forma urgente: el capitán y el teniente en armadura phobos, la escuadra de supresores y los agresores y reivers de Conquest.
Por resumir, como una imagen vale más que mil palabras, aquí tenéis la foto de inicio.

Establecer un plazo
Conocido el “enemigo”, de nada sirven las buenas intenciones si no nos ponemos un plazo límite. Si mi plazo límite es un año, entonces ya sé que no voy a hacerlo, porque lo voy a ir dejando.
Habitualmente tenemos cierta urgencia en que nuestras miniaturas estén listas: una próxima partida en que queramos usarlas, o un próximo torneo. Mi caso no es así, al menos de momento, pero sí quiero aprovechar los días de verano, con una menor carga de ocupación de lo que es habitual, así que la urgencia que me voy a imponer es de una semana.
¿Y qué pasa si no lo consigo? Hombre, pasar no pasa nada, si veo que no llego, pues qué le vamos a hacer. Pero es bueno imponerse este plazo porque así tengo un aviso en mi cabeza que me dice que no debo perder el tiempo. Que hay que ponerse manos a la obra porque el tiempo pasa. Esta pequeña sensación de urgencia es muy necesaria, de hecho creo que es fundamental para poder alcanzar el objetivo.
Así que dentro de una semana editaré este mismo artículo y pondré la foto de lo que tengo avanzado. ¡Ojalá haya podido hacerlo todo!
Una motivación extra
Lo cierto es que estoy aprovechando para reordenar mi colección, que la tengo hecha un desastre. Suelo ponerme como excusa que no voy a guardar una miniatura hasta que esté correctamente acabada. Así me mira desde la vitrina, implorando que la termine. Es un modo de presión más como otro cualquiera.
Pero eso se acabó, gracias al Emperador empiezo a tener una considerable colección (desde luego muy lejos que las de otros que yo me sé, pero oye, tampoco está nada mal), y se imponen un orden y un correcto almacenaje. Que son cientos de euros y de horas invertidos, y no es plan que se terminen malogrando por descuido o dejadez.
Pues nada, tengo un objetivo, un plazo autoimpuesto y la motivación justita pero suficiente para enfrentarme a la Mareona. ¡Manos a la obra!
Nota: escribí este artículo el sábado 3 de agosto por la noche. Pero justo cuando lo iba a publicar llegó el anuncio del nuevo códex de Marines Espaciales… y me rompió todos los esquemas y prioridades. No obstante, he decidido seguir con el reto para ir avanzando, así que el plazo límite que me he autoimpuesto es el domingo 11 de agosto. ¡El lunes 12 os diré algo!
Lunes 12 – fin del plazo
Bueno, pues tras una dura semana, éste es el resultado: en verde lo conseguido, en rojo lo que no.- Montar unos robots kastelan. E imprimarlos.
- Montar 3 reivers.
- Volver a montar y pegar las miniaturas de Conquest easy-to-build.
- Imprimar y pintar todas las minis de la caja Shadowspear.
- Imprimar y pintar todas las minis de Conquest.
- Conversionar un ranger skitarii en un francotirador.
- Terminar de pintar dos escuadras de rangers de skitarii, un tecnosacerdote y un dominus.


La parte que está finalizada es la de los skitarii, sólo me queda terminar las peanas (que no me lo había puesto como objetivo). Estoy especialmente contento con la conversión del arcabucero, así como con tener imantados los robots.
Me he quedado a medias con los infiltradores, con los que apenas he empezado. Es lo que toca seguir.
También tengo que decir que me he desinflado un poco con las novedades que van llegando del nuevo códex de Marines Espaciales, que va a suponer mucho mayor cambio del que parecía. Obviamente va a influir en mi lista para Talavera, así que la urgencia ahora es menor (o no…).
En perspectiva, creo que puedo decir que he cumplido un 70% del objetivo, aproximadamente. Los skitarii tenían bastante detalle y son más difíciles de pintar que los marines, así que me he quitado un buen peso de encima con ellos. La mareona aún me ahoga, pero estoy razonablemente satisfecho con lo que he hecho. ¡A seguir currando!
¡Ánimo a vosotros también con vuestros proyectos!
Y recuerda…
- Si estás empezando a jugar a WH40k, tienes a tu disposición este artículo, así como la Guía de juego en la Biblioteca, que podrás descargarte completamente gratis si te suscribes a la Newsletter.
- Y ya tienes a tu disposición las Guías de Juego de Warhammer 40k. Incluyendo la última: Imperio T’au. ¡Échales un vistazo! (La de Marines Espaciales está temporalmente no disponible)
