Estoy viejo para esto. Lo digo cada vez que publico en esta sección.
Pero, ¿sabéis qué? No soy el único.
Porque pertenezco, como muchos otros, a la Vieja Escuela. ¿Pero qué demonios significa eso?

OSR: Old School Revival
O Renaissance, o Resurrected, o Rococó, o Roleros. Lo que prefiráis, pero creo que el concepto está muy claro. El caso es que se trata de un movimiento en el que la gente cuya perilla ya clarea (ver foto de arriba) decide que, igual que insistían una y otra vez nuestros abuelos, cualquier tiempo pasado fue mejor, pero aplicado al rol.
O dicho de otra forma: consiste en echar de menos los viejos juegos de rol, sus mecánicas, sus temáticas, sus infinitas tablas (tablas para todo), y por qué no, incluso su estética.
Cuando hablo de viejos juegos de rol estoy hablando de juegos de los 80-90. Ha llovido. Está claro que el buque insignia de los JdR es el D&D, y dadas las fechas de las que hablamos, las ediciones anteriores a la 3ª. Por eso lo que se suele identificar con el movimiento OSR es el mazmorreo. Pero yo creo todo el mundo acepta como juegos Old School a otros clasicazos. Un ejemplo: si te digo que voy a hacerme un Jedi Quijotesco y tú sabes de lo que hablo, entonces, amigo, tú también eres de la Vieja Escuela.
El movimiento OSR está vivo, y para muestra un botón: el juego Clásicos del mazmorreo, que no deja de ser una vuelta de tuerca a los juegos clásicos (el nombre lo dice todo), salió el año pasado en España en la plataforma de mecenazgo verkami, obteniendo casi 27.000€ de los 6.500€ que tenían como objetivo. Ahí es nada.
Otro ejemplo es el éxito que ha cosechado la serie Stranger Things, cuya base indiscutible son los juegos de rol old school y la época de la que hablamos.
No todos los que vivieron esa época lúdica la echan de menos, eso también está claro. En este interesante artículo de Enrique Freire tenemos un ejemplo de alguien que, y cito textualmente, «No voy a echar de menos los tiempos pasados ni un segundo, boys«, y no le falta razón, porque en su artículo argumenta que esos viejos tiempos no fueron tan buenos comparados con los de ahora, que el pasado no puede volver y que lo nuevo, nuevo es, aunque lo disfracemos.
Añado un ejemplo de mi cosecha: aunque hoy se vuelvan a vender vinilos, éstos están grabados mucho mejor que los de antaño, y los reproductores son infinitamente mejores. Venga, que sean dos ejemplos: aunque en la serie Firefly veamos pistoleros y bandoleros con una banda sonora propia de las pelis del oeste, no deja de ser una serie de ci.fi., con naves espaciales, psíquicos, y la de mi madre.
Pero en el artículo de Enrique, cargado de batallitas, que de alguna forma me recuerda a lo que diría Alatriste hablando de alguna guerra pasada, relatando los hechos con mucho reproche pero con un poco de nostalgia y otro poco de orgullo, él mismo demuestra que sí es de la Vieja Escuela.
Porque para mí ser de la Vieja Escuela va más allá de un movimiento cultural retro. Es algo más que hacer con medios nuevos lo que se hacía antes con medios antiguos. Pues claro que ya no tiene sentido fotocopiar manuales, ahora lo suyo es descargar un pdf en la tablet. ¿Se pierde romanticismo? Puede ser, pero se gana en jugabilidad, en ecología, en dinero, y al final la tabla de críticos es la misma.
Para mí ser de la Vieja Escuela es haber vivido esa época de la eclosión. Es que se te pongan los pelos como escarpias cuando sacas un 66 en los dados al tirar un crítico. Es tener dados con la pintura de los números ya desconchada. Es guardar en el armario una carpeta con las viejas (e ilegibles) fichas «por si algún día vuelven a hacer falta», justo encima de las fotocopias de algún manual, que conservas por el mismo absurdo motivo. Es que cuando te rompes un hueso le digas a tus colegas que te has hecho un crítico D de aplastamiento. Es un póster de la Tierra Media desgastado que no quieres tirar, aunque sabes que nunca volverás a colgarlo en la pared.
Y también es ser lo suficientemente estúpido como para pretender hacerse un hueco en el infinito maremágnum de Internet, donde de forma natural, las nuevas generaciones que han nacido con una tablet bajo el brazo y no han visto nacer la red de redes, se comerán a los dinosaurios que aún vaguemos por aquí.
Los viejos roleros nunca mueren, sólo se hacen ficha nueva.

El fanzine Vieja Escuela
En el podcast dedicado al rol de mis amigos de Diálogos de Bolsillo (del que ya hablé aquí) recuerdo que tuve que explicar lo que era un fanzine porque, claro, las nuevas generaciones difícilmente lo podían saber. En la oscura época anterior a Internet, en los tiempos de las fotocopias de las fotocopias (no, no hay ningún error de sintaxis en esta frase), los fanzines eran las revistas hechas por y para aficionados (fans), donde éstos podían compartir con otros sus aventuras, las noticias del hobby, reseñar juegos, y en definitiva, estar al día de lo que se cocía. Fan + magazine = fanzine.
Estos fanzines eran un producto completamente amateur, lo que no quiere decir que no tuviesen detrás un buen puñado de horas de trabajo.
Pues bien, el fanzine de la Vieja Escuela es una ventana al pasado, a esa época gloriosa que los viejos roleros miramos con una lagrimita, como decía antes, con más o menos nostalgia y más o menos acierto. Pero con una buena dosis de ilusión y de cultura OSR.
No hay más que ver el formato que Eneko Palencia y Eneko Menika, los capitanes al mando del proyecto, han escogido para la publicación: papel y grapas. Como los fanzines de antes, vamos. Toda una declaración de intenciones.
Junto a ellos, un nutrido grupo de colaboradores ha participado en la elaboración del proyecto. En la misma portada pone que está «creado por la comunidad de G+». Entre estos colaboradores es obligado citar a todo un peso pesado del rol en España como es Ricard Ibáñez, que firma la editorial de este primer número. Vamos que la cosa va en serio.
¿Y qué se puede encontrar en este fanzine? No voy a perder el tiempo reproduciendo el índice, porque cualquiera puede descargarlo y leerlo, ya que la licencia es abierta. En la propia web del fanzine lo tenéis. Creo que la idea original era dejarlo gratis cuando estuviese a la venta el número 2, pero decidieron adelantarlo con una simpática iniciativa por la que pedían a los viejos roleros que nos retratásemos con ejemplares vetustos old school, iniciativa que por supuesto fue masivamente seguida, entre otros por un servidor, motivo de la foto que encabeza este artículo. Recomiendo echarle un ojo al compendio de fotos (también recopiladas en la web), algunas son de lo más hilarante.
Web del fanzine, he dicho… curioso contraste. Lo que comentaba antes, nuevos tiempos que recrean viejos tiempos.
Bien, pero que no reproduzca el contenido no significa que no deba comentarlo. Porque dentro del fanzine encontraremos un poco de todo: tablas, aventuras, listados… a un nivel muy genérico (en principio válido para cualquier juego old school, sobre todo de temática fantástico-medieval y mazmorreo), y lo que en mi opinión es la estrella del primer número, el juego Enanos y gigantes, un juego de apuestas con dados que es perfectamente exportable a cualquier partida de rol.
Pero sobre todo encontramos experiencia, conocimiento. Todas y cada una de las secciones están escritas por alguien que sabe de qué va esto, con cientos de horas de juego a sus espaldas, y eso se nota. Las maravillosas cartas que acompañan como extra al primer número (que pienso usar en mi próxima partida) dan buena fe de lo que digo.

El éxito de Vieja Escuela
Tanto talento junto y tantas ganas de hacerlo bien sólo podían traer buenos resultados. Así, los 250 números que se imprimieron se agotaron enseguida.
Debo reconocer que yo no soy uno de los compradores del primer número, me enteré tarde cuando se puso a la venta y, lo confieso, no estaba muy seguro de que me fuese a interesar, porque tengo material rolero de sobra y no esperaba que me fuese a aportar gran cosa. Cuando pude ver el contenido del primer número me arrepentí, claro.
Rectificar es de sabios, así que he sido de los primeros en comprar el segundo número que ya está a la venta. En esta ocasión han aumentado la tirada a 300 ejemplares, pero sospecho que igual que la anterior, ésta también se va a agotar pronto. Una vez más, en la web tenéis el contenido del número 2, del que lo que más llama la atención es el juego de rol de la Vieja Escuela (era inevitable, claro).
-Oye Brottor, ¿y por qué voy a querer comprar el fanzine, si dentro de unas semanas o meses dejarán el pdf gratis?
Pues por varios motivos, grandísimo melón (colleja al canto), que paso a detallarte:
- Porque es un fanzine sin ánimo de lucro. Los beneficios (me consta que muy escasos) que obtengan con la venta irán a parar a una causa solidaria, escogida de común acuerdo por los participantes en la elaboración del mismo. Sí es verdad que deberían decidirlo ya y hacerla pública, eso le daría un plus de motivación a los compradores (ahí dejo la recomendación).
- Porque precisamente parte de la gracia del movimiento OSR es el romanticismo, el sabor de lo antiguo (aunque esté hecho hace dos días), y no hay nada como la sensación de tener entre las manos el fanzine, pasar sus páginas, dejar que la vista se deleite con el texto y las ilustraciones en negro sobre el papel blanco… Aunque ya vivamos en la era de los ebooks, ¿no seguimos comprando libros en papel que queremos tener físicamente? Pues esto es lo mismo, el pdf tiene sus evidentes ventajas, pero hay ciertas cosas que nunca podrá reemplazar.
- Porque el precio es realmente económico: 2€ + 1€ de gastos de envío.
- Y por último, pero no menos importante, porque es una forma más de apoyar esta buena iniciativa rolera.
El caso es que el lanzamiento de este fanzine ha sido todo un éxito, motivo por el que hay que dar la enhorabuena a Eneko & Eneko & resto de colaboradores. ¡Ánimo señores, a seguir con el buen trabajo (quedáis invitados a unas pintas virtuales)!
Esperando estoy a que llegue el número 2 a mi casa, mientras sigo pensando que estoy demasiado viejo para esto.
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‘los viejos roleros nunca mueren, sólo se hacen ficha nueva’.
Brutal.
Leído el primer número, sin duda todo un descubrimiento… creo que hablaremos muy pronto sobre ello, entre otros temas 🙂
El estilo me recuerda a los artículos de la primera etapa de la revista Dragón en España, algo más cortos pero con la misma intención de ser ayuda en muchas dimensiones de la partida.
Sí sí, desde luego el sabor a fanzine de los clásicos está ahí.
Leído el primer número, sin duda todo un descubrimiento… creo que hablaremos muy pronto sobre ello, entre otros temas 🙂
El estilo me recuerda a los artículos de la primera etapa de la revista Dragón en España, algo más cortos pero con la misma intención de ser ayuda en muchas dimensiones de la partida.
Sí sí, desde luego el sabor a fanzine de los clásicos está ahí.