Esto ya es lo que faltaba. Está siendo un mal verano por varias razones que no vienen al caso, pero cosas como ésta de la que voy a hablar hoy no ayudan.
Y es que nos encontramos ante el n-ésimo intento de demonizar los juegos de rol.
Os pongo en contexto: si habéis estado atentos a las noticias, sabréis que últimamente se están dando muchos casos de pinchazos en discotecas, en su mayoría a chicas, y en muchos casos (no en todos) con la intención de introducirles algún tipo de sustancia que las atonta y predispone a las aviesas intenciones de los sujetos en cuestión. No hace falta ser muy listo para entender que los cabrones que se dedican a estas prácticas lo que buscan es aprovecharse de las chicas a las que pinchan.
También se baraja la posibilidad, y aquí es donde viene la polémica, de que en muchos casos estos pinchazos no inyecten nada, ya que en posteriores análisis clínicos a las víctimas no se ha encontrado ninguna sustancia. ¿Cuál puede ser la intención de los que realizan los pinchazos? Pues puede ser una moda macabra, una intención de dar miedo, o vete a saber qué.
En fin, que no es mi intención comentar esta noticia ni meterme en camisas de once varas, porque yo no tengo ni idea de lo que está ocurriendo realmente. Pero lo que me indigna es el siguiente titular:
Ya estamos, otra vez. La culpa de todo es de los jugadores de rol. Es increíble.
Pero veamos cómo sigue el artículo:
Aquí hay dos posibilidades, no excluyentes:
- Que esto sean palabras textuales de la policía. En cuyo caso me parece algo gravísimo porque se está señalando a una actividad, los juegos de rol, como posibles causantes de un delito, aunque sea sólo una hipótesis. Meter «juego de rol» y «reto viral» en el mismo saco es mezclar churras con merinas.
- Que se trata de un nuevo caso de periodismo sensacionalista. En cuyo caso no sólo me parece gravísimo sino además vomitivo. El uso de la expresión «hombres machistas», como si eso fuese también un colectivo, subraya bastante esta posibilidad.
Se trate de lo primero, de lo segundo, o de ambos, me parece increíble que tantas décadas después del mal llamado crimen del rol tengamos que volver a padecer que la sociedad no-friki nos mire de reojo de forma injusta. Policías / periodistas no se dan cuenta del mal que hacen con este tipo de declaraciones. Y si se dan cuenta, peor me lo pones.
Ya sé que a veces me repito cuan abuelo cebolleta, pero cuando pasan estas cosas no puedo evitar acordarme de cómo, en mi juventud, un familiar (para más señas policía nacional) le dijo a mi madre que «los juegos de rol eran ilegales». Ante el espanto de mi madre y su posterior búsqueda de explicaciones, claro. Me costó un poco convencerla de lo contrario (al fin y al cabo, era mi palabra contra la de un policía nacional de confianza); el argumento definitivo fue que por qué iban a vender en tiendas juegos de rol si no fuesen legales, y no tiendas chungas, sino librerías o jugueterías. Estamos hablando de una época de mucho menor conocimiento de estas cosas, por suerte hoy gracias a series como Big Bang Theory y otras contribuciones (de las que hablé aquí), han contribuido a que el público general ya no lo vea como algo tan raro (y mucho menos peligroso).
Pero esa época existió, no es tan lejana. La gente «normal», ante el desconocimiento de determinadas actividades «raras», emitió un juicio por lo general negativo. Las consecuencias ya dependieron del grado de sinrazón de cada uno. Es algo que se plasma perfectamente en la última temporada de Stranger Things.
Que no digo que entre los jugadores de rol no haya gente a la que se le va mucho la pinza y de la que yo tampoco me fío, claro que no. Pero como en todas partes. Si a un lector de novela histórica se le va la cabeza y mata a alguien con una espada medieval, no acusamos a todos los lectores de novela histórica. Si a un futbolista le da por matar a patadas a alguien, no acusamos a todos los futbolistas ni suponemos que sus piernas son armas asesinas. Si a un jugador de béisbol le da por usar su bate para partir cabezas, no acusamos a todos los jugadores de béisbol. ¿Hacen falta más ejemplos? Si a un editor de libros le diese por romperle la crisma a la gente a base de librazos, no acusaríamos a todos los libreros. En todos los casos se trataría de un asesino, y punto.
En fin, creo que está claro. No se puede señalar a un colectivo sólo porque uno o varios de sus miembros sean asesinos / violadores o lo que sea. Lo que pasa es que para el periódico resulta muy vistoso y así vende más titulares.
Pero es que, incluso en el extraño caso en que esta panda de desgraciados de los pinchazos estén siguiendo una especie de macabro «juego» con reglas establecidas, eso no tendría nada que ver con lo que es de verdad un juego de rol, probablemente una de las actividades lúdicas más pacíficas, seguras y beneficiosas que pueda haber. Llamar «juego» a este tipo de conductas delictivas es tan absurdo como llamarlas «religión» (si religiosos) o «deporte» (si fuesen deportistas). Llamarlo «juego de rol» denota, además, un desconocimiento total sobre lo que es un juego de rol.
Tengo que decir que, por lo menos, me alegra ver que sólo ha sido un medio (de momento) el que ha caído en el sensacionalismo. En su momento fue algo generalizado. No obstante, que sigan pasando estas cosas sigue siendo indignante. Mientras sigan ocurriendo y tenga este blog, seré el primero en denunciarlo. Aunque ya esté viejo para esto.