Silencio.
El silencio de la muerte. Pues los que han caído bajo el poder de Mortarion ya no gritan. Ya no sufren. Ya no existen. De ellos no queda más que un vago recuerdo: el de alguien que fue lo suficientemente iluso como para pensar que podría hacerle frente al Príncipe de la Decadencia, o demasiado lento en su huida.
El silencio final es la consecuencia inevitable. Un silencio pesado y ominoso, mucho más remarcado al ser precedido por gritos de angustia y agonía, cosas que se rompen, llantos y gorgoteo sanguinolento. Cuando se apagan, su ausencia se hace insoportable.
En silencio mata Silencio. Nunca hubo un nombre más adecuado para un arma.
La llegada del códex de Guardia de la Muerte en novena edición ha supuesto un gran cambio. Hay mucho de lo que hablar, pero eso ya lo han hecho mis compañeros de LVdH en el podcast correspondiente.
No voy a entrar, por tanto, en mucho detalle. Pero sí quiero hacer foco en el protagonista por excelencia: Mortarion. Y es que el Primarca está siendo bastante discutido respecto a su utilidad en batalla. O mejor dicho, respecto a si merece la pena meterlo en lista, ya que útil sí que es, y mucho, pero la Guardia de la Muerte es ahora tan buena que los puntos están muy disputados. Y Morty supone el gasto de un buen saco de puntos.
Empecemos por el principio.
Breve resumen: la nueva Guardia de la Muerte
Que de nueva, por cierto, no tiene casi nada. Porque la esencia sigue siendo la misma: una facción muy resistente, con herramientas para pegar duro (muy duro) tanto en disparo como en combate, pero sin brillar en ninguno de estos aspectos. El punto fuerte de la Guardia de la Muerte, más que fuerte es resistente: resistencia para aguantar lo que le echen, mientras va ocupando la mesa.
Pero veamos brevemente lo que sí cambia:
- -1 al daño recibido. Ésta es la diferencia fundamental, que va a aplicar a casi todo el mundo, Mortarion incluido. Hubo muchas quejas cuando esta regla salió en sustitución del antiguo nhd 5+, pero el tiempo ha demostrado que estaban equivocadas. Esta regla es brutal. Y si además lo unimos a…
- Marines de plaga con 2H. Pues apaga y vámonos. Los marines de plaga pasan a ser la unidad tipo tropa más resistente del juego, con permiso de los infinitos guerreros necrones, que no es que sean resistentes, sino que vuelven a levantarse una y otra vez.
- Auras de contagio. Una nueva mecánica que hace que la Guardia de la Muerte sea mucho más letal a distancias cortas / medias. Un poco farragosa de utilizar, pero sin duda muy efectiva.
- Compañías de plaga. O sea, subfacciones dentro de la gran facción que es la Guardia de la Muerte. Un poco más de personalización a las listas, que nunca viene mal.
- El lord de la virulencia. Única novedad en cuanto a unidades / miniaturas. Un personaje interesante que permite repetir para impactar, mejora la FP de las armas de plaga, y va armado con un muy interesante lanzallamas de perfil 2D6 F5 FP-1 D1 que, por supuesto, es arma de plaga.
- Los zombis de plaga ahora se llaman plagabundos. Ya está, ésta es la novedad. Mola tanto que no merece la pena mencionar casi nada más.
¿Y cómo afecta todo esto al juego de la Guardia de la Muerte? Pues muchísimo. Ahora casi todo es bueno: los marines de plaga aguantan como nadie y son la base de cualquier lista, y los vehículos con -1 al daño recibido (no todos) también son mucho más duros de matar.
Además, y esto no lo he comentado, los personajes son excepcionales. Las auras o reglas adicionales que aportan son buenas siempre, destacando por encima de todo el abaquista, que va a conseguir unos cuantos Puntos de Mando extra durante la batalla, y el gasolinero, que tiene un aura que anula en la práctica las cargas enemigas.
Dicho todo esto, hay muchas y muy buenas opciones para meter en lista, permitiendo cierta variedad de estrategias incluso en una facción tan orientada a una sola cosa: aguantar carros y carretas.
La pregunta es: ¿Mortarion entra dentro de estas estrategias? ¿Merece la pena pagar los 490 puntazos que cuesta?
Mortarion, Die Hard
Estamos hablando de 18H que en la práctica son muchas más. Para empezar, a él también le aplica el -1 al daño recibido. Salva a 3+ / 4++ invulnerable, con lo que al menos la mitad de los ataques recibidos los va a ignorar.
Por huevos tiene que ser el Señor de la Guerra (es lo suyo), y al serlo tiene tres rasgos:
- No hay dolor 5+.
- Ignora auras enemigas a 3″ (salvo poderes psíquicos).
- Permite repetir las tiradas para herir con armas de plaga a 6″.
Los dos primeros rasgos son los que hacen que sea especialmente duro: con su invulnerable ya va a ignorar la mitad de los ataques; de éstos, con su R8 muchos no van a herir; los que hieran, restarán 1 daño (mínimo 1); y de los que queden, va a ignorar 1 de cada 3. Así que esas 18H en realidad son muchas más.
A esto hay que añadirle que, si Mortarion ya ha podido actuar, con total seguridad se habrá lanzado sobre sí mismo el miasma de pestilencia, que reduce en 1 la tirada para impactarle.
El segundo rasgo hace que cuerpo a cuerpo sea todavía más difícil de matar. Adiós a las auras significa que cualquier unidad que quiera pegarle en combate no se va a ver beneficiada de los combos típicos: repetir tiradas, etc.
A todo esto, hay que sumarle el contagio personalizado que escoge al comienzo de la batalla, que casi siempre será el que evita fuego defensivo y repeticiones de impactar o herir. Aún más supervivencia en combate.
Es decir, es muy difícil matarle a distancia y mucho más matarlo en cuerpo a cuerpo.
Pero… ¿es necesario matarlo? O dicho de otra forma, ¿qué aporta en batalla?
No es infantería, así que no puede hacer acciones, y no tiene objetivo asegurado, así que no va a servir para tomar objetivos. Su rol se reduce a apoyar a otras unidades (utilísimo ese tercer rasgo, además del aura de repetir para impactar) y sobre todo a destruir al oponente.
Porque lo que pille lo destroza, claro: 7 ataques de F16 FP-4 daño 1D3+3, o 21 ataques de F8 FP-2 D1, impactando a 2+. Aparte de la pistola Linterna, las granadas (2D6 de F5 FP-1 D1, impactando a 2+… poca broma) y los ataques de los nurgletes. Y recordemos que gracias al aura de contagio todo lo que pille va a tener -1R (como si le hiciese falta, vamos).
Pero claro, si lo mantenemos con el resto de unidades para potenciarlas estamos dedicando 500 puntazos a esta labor, algo que claramente no compensa. Así que podemos dar por hecho que si lo metemos en lista es para que vaya a por todas, a causarle a nuestro oponente el mayor destrozo posible.
Y ojo, porque se nos puede atragantar: cualquier unidad con salvación invulnerable y un aguante razonable (¿unos bladeguard?) puede aguantarle un par de turnos. Ya no digamos los flamantes exterminadores del Ala de Muerte. Tal vez suficientes como para que la batalla se ponga a su favor.
Por otra parte, Mortarion puede morir, claro que sí. Su punto débil son las mortales (seguirá ignorando 1 de cada 3, pero bueno, algo es algo) o el spam de daño 1. Y una vez que se ve mermado ya mueve menos y hace menos ataques. Si nos lo van a matar a disparos, todo va a depender de cuánto consigan meterle en el turno 1. En este caso llevar la iniciativa será fundamental por el Miasma, pero claro, esto no está bajo nuestro control, es un 50% de las partidas.
Resumiendo: muy muy duro, y golpea muy fuerte. Pero son casi 500 puntos, tal vez no mueva lo suficiente como para causarle un problema al oponente en turno 1, y si tiene suficiente disparo y no da tiempo a moverlo puede ver muy reducida su eficacia.

¿Merece la pena?
No creo que haya una respuesta «correcta». Ante la duda, mi opinión es que sí, merece la pena. Por tres motivos:
- Porque mola, y es el Primarca de la Guardia de la Muerte. Joder, si jugamos Guardia de la Muerte y tenemos la miniatura, hay que usarla, ¿no?
- Porque puede tener puntos débiles, como cualquier unidad en este juego, pero lo que hace lo hace muy bien.
- Por un efecto psicológico en el oponente.
Quiero explicar este punto, que conozco muy bien como habitual sufridor de Mortarion que soy.
Cuando tienes a Mortarion delante te condiciona toda la partida. Toda. Tu plan, sea el que sea, se va a la mierda. Porque obviamente no puedes permitir que Mortarion te pille cuerpo a cuerpo (salvo que tengas algún método para tenerlo entretenido). Así que, al menos al comienzo de la batalla, puedes ir olvidándote de controlar la mesa, y no me canso de decir que controlar la mesa es la clave para ganar en novena edición.
Mortarion va a irrumpir en la batalla como un elefante en una cacharrería, arramplando con todo. Los ejércitos con mucha movilidad pueden jugar al gato y al ratón (sin olvidarnos de tener que lidiar con el resto de la Guardia de la Muerte, claro) mientras hacen sus cosas o lo van degradando, los que tengan mucho disparo tendrán que concentrar toda su furia en él, los ejércitos de horda tendrán que mandarle oleadas de miniaturas para tenerlo ocupado, y los ejércitos de asalto pueden irse al bar.
Algunos avezados jugadores de Guardia de la Muerte, sin embargo, sacan el debate de que 500 puntazos pueden ser mucho más rentables para aprovechar las excelentes unidades que trae el códex. Por ejemplo, 20 marines de plaga son 420 puntos, 40H de R5 con -1 al daño, además de otros combos, y objetivo asegurado. No tan letales y desde luego no tan rápidos, pero posiblemente sí más útiles.
No les falta razón.
Conclusión
Si esperabas tener una respuesta a la gran pregunta leyendo este artículo, siento decepcionarte.
La buena noticia para los jugadores de Guardia de la Muerte es que ambas elecciones son buenas. Si jugamos a Mortarion, éste va a dar buen resultado siempre, pero eso sí, nos va a condicionar el resto de la lista, como es obvio. Si no lo jugamos, tenemos muchas más opciones; probablemente sea más divertido desde el punto de vista de elección de una estrategia, diseño de listas, etc.
Mi opinión personal, si yo fuese jugador de Guardia de la Muerte, es que intentaría jugar a Mortarion siempre. Pero esto ya son gustos personales.
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Saludos, en cuanto lo pinte. Entra en partida si o si
Pues a pintar a toda leche 🙂