El gran mal de nuestra era. Tenemos de todo: internet, coches, tablets, móviles que son de todo menos teléfonos, consolas, multitud de juegos… pero no tenemos tiempo (para jugar).
¿A cuento de qué viene esto? Pues hoy me he levantado triste, siendo consciente de que mis buenos años de jugar al rol, mi época dorada en mi hobby favorito, ya ha pasado. Seguiré jugando, sí, mientras tenga gente con quien hacerlo. Seguiré estando al tanto de las novedades, sí, y seguiré con interés todo aquello que rodee al mundo fan, visitando mis tiendas especializadas favoritas y sirviendo cerveza y artículos en mi taberna. Porque los viejos roleros nunca mueren.
Pero cada vez menos.
Porque, las cosas como son, los juegos de rol tienen dos defectos importantes:
1- La continuidad es imprescindible.
Si no hay continuidad, no es lo mismo. Evidentemente se pueden jugar partidas sueltas, se puede hacer un personaje rápido y, si el DJ lo ha preparado con esa intención, jugar una aventura tirando a aséptica donde lo importante sea la aventura y no los personajes. Pero no es lo mismo.
Uno de los grandes placeres que he tenido como jugador ha sido ver crecer mis personajes, tener metas, objetivos a alcanzar con el mismo; crearme enemigos y perseguirlos sin descanso; solucionar problemas junto con mis amigos. Todo esto es imposible si no hay una continuidad.
Del mismo modo, como DJ lo que más me ha motivado siempre ha sido crear una macrohistoria. No sólo dirigir partidas más o menos interesantes o divertidas, sino crear experiencias para mis jugadores, ver la ilusión y también la desesperación en sus rostros, jugar con sus emociones, hacer que se sientan los verdaderos protagonistas de la historia. Todo esto es imposible si no hay una continuidad.
2- El rol consume mucho tiempo.
Esto es así. Una partida tiene una duración indefinida, pues no depende sólo del DJ. Puede durar minutos (aunque en ese caso ha habido un evidente error por parte de mucha gente), pero lo normal es que dure varias horas. Una sesión media dura en torno a las 4 horas, al menos en mi experiencia. Si dura más, generalmente hay que andar cortando la partida para continuar otro día. Evidentemente hay días especiales, en los que todo el mundo hace un esfuerzo organizativo y se juega más tiempo, pero son las excepciones.
Hay que tener en cuenta no sólo el tiempo de la partida en sí, sino también todo el tiempo previo y posterior. Previo: porque hay que preparar una partida, leer unos manuales, puede que unos suplementos, imprimir mapas, mandar correos, hacer fichas de PJs y PNJs, y consultar la sección del Manual del DJ de la taberna de Brottor para poder dominar las técnicas adecuadas. Y posterior: al menos en mi caso siempre hay algo de lo que hablar, mensajes personalizados a jugadores para ir introduciendo la siguiente aventura, decisiones grupales sobre qué hacer con lo que han obtenido durante la partida, ya sea un tesoro, una información relevante… Puede que también haya que registrar de algún modo la partida, si hay un seguimiento en alguna web, o algún tipo de resumen.
El caso es que siendo realistas el rol consume mucho tiempo. Y lo peor: no es cuantificable, no puedo saber si una partida va a durar 3 horas o va a durar 6. Se puede prever, se puede estimar, pero no se puede saber.
Consecuencia
Si juntamos los dos defectos anteriores, la consecuencia es evidente: jugar al rol requiere de organización, de ilusión, de esfuerzo, y sobre todo de tiempo. Tiempo libre para el ocio.
La realidad es que cada vez es más difícil gestionar este tiempo, sobre todo por un motivo importantísimo: no sólo necesito mi tiempo libre, también el de mis amigos. Efectivamente, de nada sirve que haga juegos malabares con el calendario para conseguir una tarde libre un sábado, además necesito que mis amigos hagan sus propios malabares, porque si no, voy a jugar solo.
Cuando era estudiante y mis colegas también lo eran, resultaba mucho más sencillo. Salvando las inevitables épocas de exámenes, teníamos tiempo de sobra para nuestro ocio. También es verdad que teníamos más flexibilidad y energías: si un día teníamos que quedarnos hasta las tantas de la mañana lo hacíamos encantados. Pero poco a poco esto ha ido cambiando: el trabajo, en ocasiones asfixiante, consume nuestras fuerzas y, con demasiada frecuencia, nuestro tiempo libre (jodidas horas extras y guardias); los compromisos sociales (bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños) nos obligan a escoger entre quedar bien con los nuestros y disfrutar de nuestro hobby; los niños, esa bendición de la vida que son sin duda lo más importante, suponen una dedicación plena por parte de sus esforzados progenitores; la vida en pareja tampoco es, en ocasiones, muy compatible con el hobby, yo he visto parejas romperse porque se hacía imposible compatibilizar horarios; y no digamos ya cuando uno de nuestros amigos termina viviendo demasiado lejos por azares de la vida, puede que en otra ciudad o incluso en otro país.
¿Por qué no ocurre esto con otras actividades sociales? Precisamente por la incertidumbre del tiempo necesario. Una comida (o unas cañas, o unos cafés) dura lo que dura, en un momento dado podemos decidir que tenemos que irnos, y no le fastidiamos el plan a nadie. Una película, partido de fútbol, obra de teatro, pues lo mismo, sabemos cuándo empieza y más o menos cuándo acaba. No tienen necesidades de continuidad, y su tiempo está más o menos acotado. Una partida de rol sí, y lo que es peor, cuando uno de los jugadores tiene que irse, se acabó la partida.
La única solución es aumentar el esfuerzo organizativo, compensar las dificultades con ilusión. No es imposible, dos de mis jugadores habituales son felices padres de dos niños, y a base de interés, ilusión y esfuerzo pueden seguir jugando (incluso dirigiendo partidas), sin renunciar a otras actividades; lógicamente no pueden estar en todas, no siempre están disponibles, pero precisamente por eso los momentos en que sí están son más valiosos.

Lamentablemente, la pérdida de interés o de ilusión con frecuencia hace que puedan más las dificultades, haciendo inevitable que haya que sustituir una buena partida de rol por un juego de mesa o por actividades más mundanas. Es lógico, si cada vez juego menos también estaré menos interesado por la crónica de tal o cual juego, y por tanto, no haré ningún esfuerzo por volver a jugar. Resulta demasiado frecuente que una partida de rol sea el segundo o el tercer plato en las prioridades de mucha gente, estando por delante otras actividades más sencillas e inmediatas.
Y en esas me encuentro. Peleando continuamente contra la falta de tiempo (y la desilusión) para no dejar de jugar a lo que me gusta. Un amigo mío (que por cierto ya no juega) me dijo una vez, parafraseando a Charlton Heston, «tendrán que arrebatarme los dados de mi mano muerta«. Pues eso.
A ver cuánto me duran las pilas, porque la verdad es que ya estoy viejo para esto.
¿Te ha gustado el artículo? ¡Me alegro! Pues ahora te agradecería que hagas algo tú por mí. Por ejemplo:
- ¡Colabora! ¡Ayuda a mantener la Taberna!
- Suscríbete a la Newsletter. Es fácil, gratis, y te puedes dar de baja cuando quieras.
- Compártelo en las redes sociales. Un simple clic en el icono correspondiente.
- Deja un comentario. ¡Los respondo todos!
Estoy poniéndome al día con los artículos de las últimas semanas, que ya sabes que he estado bastante ocupado… y veo que el nivel sigue siendo magnífico. Sobre este tema, y dado que yo también soy de la vieja guardia a la que tendrán que arrebatar los dados de mis manos muertas, hay que añadir el rol usando plataformas web. Son una mezcla del rol de foro, chat y herramientas gráficas. Yo lo intenté con grole (http://www.groleplay.com/) en 2013-2014 pero lamentablemente no fui capaz de encontrar el ritmo ni la motivación en mí como DJ ni en los jugadores.
El contacto verbal es fundamental. Estoy deseando leer sobre tu experiencia con skype porque obviamente, como sabes, yo sería un entusiasmado y obligado master/pj por skype en caso de haber grupo skypero.
Hombre, evidentemente el skype o cualquier otra plataforma de videoconferencia no sustituirá nunca a la presencia física. Pero da el pego bastante bien, la verdad es que la persona que se conectó parecía estar entre nosotros, participando cuando quería sin ningún problema. Y por lo que nos contó, la experiencia de juego también fue buena para él. Es una buena forma de superar el problema de la distancia. De todos modos algún día escribiré un artículo sobre medios en red para jugar, profundizando en este tema.
Estoy poniéndome al día con los artículos de las últimas semanas, que ya sabes que he estado bastante ocupado… y veo que el nivel sigue siendo magnífico. Sobre este tema, y dado que yo también soy de la vieja guardia a la que tendrán que arrebatar los dados de mis manos muertas, hay que añadir el rol usando plataformas web. Son una mezcla del rol de foro, chat y herramientas gráficas. Yo lo intenté con grole (http://www.groleplay.com/) en 2013-2014 pero lamentablemente no fui capaz de encontrar el ritmo ni la motivación en mí como DJ ni en los jugadores.
El contacto verbal es fundamental. Estoy deseando leer sobre tu experiencia con skype porque obviamente, como sabes, yo sería un entusiasmado y obligado master/pj por skype en caso de haber grupo skypero.
Hombre, evidentemente el skype o cualquier otra plataforma de videoconferencia no sustituirá nunca a la presencia física. Pero da el pego bastante bien, la verdad es que la persona que se conectó parecía estar entre nosotros, participando cuando quería sin ningún problema. Y por lo que nos contó, la experiencia de juego también fue buena para él. Es una buena forma de superar el problema de la distancia. De todos modos algún día escribiré un artículo sobre medios en red para jugar, profundizando en este tema.
Pingback: Podcast y la ¿muerte? del rol - La taberna de Brottor
[…] No tengo tiempo (para jugar) […]
Pues mira por donde justo hoy te envié un email para ver como leches podemos hacer para jugar en la distancia.
Estoy de acuerdo en lo que dices, pero te digo que NO a todo. La realidad es ya bastante demoledora como para rendirnos y claudicar de aquello que nos gusta.
Vale, no jugaremos tanto, una mierda, a mí también me encantaba. Vale, tardamos un año en acabar una campaña… solo mira cómo vamos con la mía, jejejeje. Vale, para reunirnos tenemos que ajustar agendas como si fuésemos la puñetera reina de Inglaterra… etc etc
Vale a todo eso. Pero seguimos jugando, de una forma u otra seguimos. Y por lo que a mí respecta no pienso dejarlo, espero seguir haciendo rodar los dados con puñetero parkinson (seguro que le dan ese giro extra que siempre me falta en la tirada).
Y quizás, lo que tenemos que hacer es al contrario, no jugar las partidas como si fuesen la última, jugarlas como si fuesen la primera, se continúe o no, la ilusión de ese primer momento es lo que cuenta.
Fuerza hostia, que aún nos quedan muchas gestas por llevar a cabo con papel y dados.
PD: Y cuando pensemos que estamos viejos solo tenemos que recordar a Gary Gigax. Ese genio murió con 1d20 en una mano y con un dragón en otra, y luciendo su inigualable camisa hawaiana.
Si en el fondo me estás dando la razón: la única solución a esta falta de tiempo es la ilusión y las ganas. El problema viene cuando éstas se desvanecen. En cualquier caso tomo nota de tu promesa de seguir jugando con Parkinson.
Y sí, prometo dedicar un artículo a mr Gigax.
Pues mira por donde justo hoy te envié un email para ver como leches podemos hacer para jugar en la distancia.
Estoy de acuerdo en lo que dices, pero te digo que NO a todo. La realidad es ya bastante demoledora como para rendirnos y claudicar de aquello que nos gusta.
Vale, no jugaremos tanto, una mierda, a mí también me encantaba. Vale, tardamos un año en acabar una campaña… solo mira cómo vamos con la mía, jejejeje. Vale, para reunirnos tenemos que ajustar agendas como si fuésemos la puñetera reina de Inglaterra… etc etc
Vale a todo eso. Pero seguimos jugando, de una forma u otra seguimos. Y por lo que a mí respecta no pienso dejarlo, espero seguir haciendo rodar los dados con puñetero parkinson (seguro que le dan ese giro extra que siempre me falta en la tirada).
Y quizás, lo que tenemos que hacer es al contrario, no jugar las partidas como si fuesen la última, jugarlas como si fuesen la primera, se continúe o no, la ilusión de ese primer momento es lo que cuenta.
Fuerza hostia, que aún nos quedan muchas gestas por llevar a cabo con papel y dados.
PD: Y cuando pensemos que estamos viejos solo tenemos que recordar a Gary Gigax. Ese genio murió con 1d20 en una mano y con un dragón en otra, y luciendo su inigualable camisa hawaiana.
Si en el fondo me estás dando la razón: la única solución a esta falta de tiempo es la ilusión y las ganas. El problema viene cuando éstas se desvanecen. En cualquier caso tomo nota de tu promesa de seguir jugando con Parkinson.
Y sí, prometo dedicar un artículo a mr Gigax.
Me pone un poco triste leer artículos como este, me siento muy identificado…Acumulamos tantos «tengo que» que dejamos muy poco espacio para los hobbies. Cuando quedamos con los amigos es más para ponernos al día que para invertir tiempo en jugar, y está bien también. Supongo que es cuestión de aprender a disfrutar las nuevas etapas y decir adiós a las antiguas, mientras arden sobre el lago en balsa de madera, nos veremos en el valhalla
Me da mucha pena haber conocido tarde el rol y me hubiera gustado vivirlo más con gente más comprometida, no he sabido realmente lo que es evolucionar un personaje y verle en multitud de situaciones.
Bueno, nunca es tarde si la dicha es buena, ¿no? Como he dicho en el artículo, si hay ilusión y ganas lo demás es cuadrar calendarios.¡Ánimo!
Me pone un poco triste leer artículos como este, me siento muy identificado…Acumulamos tantos «tengo que» que dejamos muy poco espacio para los hobbies. Cuando quedamos con los amigos es más para ponernos al día que para invertir tiempo en jugar, y está bien también. Supongo que es cuestión de aprender a disfrutar las nuevas etapas y decir adiós a las antiguas, mientras arden sobre el lago en balsa de madera, nos veremos en el valhalla
Me da mucha pena haber conocido tarde el rol y me hubiera gustado vivirlo más con gente más comprometida, no he sabido realmente lo que es evolucionar un personaje y verle en multitud de situaciones.
Bueno, nunca es tarde si la dicha es buena, ¿no? Como he dicho en el artículo, si hay ilusión y ganas lo demás es cuadrar calendarios.¡Ánimo!
Me siento totalmente identificado, y es una pena porque parece que le pasa a todo el mundo. Claramente la solución pasa por hacer partidas más pequeñas… pero los que hemos probado macrohistorias, como tú las llamas, no nos conformamos con partidas gamberras de un día xD
Supongo que el tiempo pasa para todos… ¿Y cómo se hacen partidas más pequeñas? A mí me ocurre con frecuencia que 2 horas después de haber empezado a jugar aún no hemos empezado con la aventura en sí.
Yo recientemente he descubierto con éxito que se puede jugar online con gente, vía Skype y tal. Algún día escribiré al respecto porque la verdad es que ha sido todo un acierto, y una pequeña solución para determinados problemas.
Skype lo he intentado y funciona, de hecho hay páginas que te ofrecen tablero personalizable, herramienta muy útil para juegos en los que la posición es importante. Pero estamos en las mismas, la gente tiene que sacar tiempo para dedicarlo incluso en su propia casa y para muchos es imposible xD
Otros sistema que he probado es por foro, que durante mucho tiempo lo estuvimos usando en CI. Con echar un rato y ver qué ha pasado antes, tú posteas tu respuesta, y aunque el ritmo es lento, siempre está ahí y puedes consultar lo que te parezca. Ahora mismo en CI hemos retomado la partida que llevábamos desde hace mucho… pero el ritmo deja mucho que desear ya hay un par que se están descolgando 🙁
Recuérdame que algún día hable de los juegos de rol por correo y su inevitable evolución al foro. Me parece una buena alternativa, aunque nunca sustituirá a una buena partida en vivo. Desgraciadamente, como dices, es lo de siempre: el compromiso lo es todo.
Para los que no lo sepan: cuando Byor habla de CI se refiere a Corps Imperial (corps-imperial.com), un foro del que tengo la suerte de participar.
Me siento totalmente identificado, y es una pena porque parece que le pasa a todo el mundo. Claramente la solución pasa por hacer partidas más pequeñas… pero los que hemos probado macrohistorias, como tú las llamas, no nos conformamos con partidas gamberras de un día xD
Supongo que el tiempo pasa para todos… ¿Y cómo se hacen partidas más pequeñas? A mí me ocurre con frecuencia que 2 horas después de haber empezado a jugar aún no hemos empezado con la aventura en sí.
Yo recientemente he descubierto con éxito que se puede jugar online con gente, vía Skype y tal. Algún día escribiré al respecto porque la verdad es que ha sido todo un acierto, y una pequeña solución para determinados problemas.
Skype lo he intentado y funciona, de hecho hay páginas que te ofrecen tablero personalizable, herramienta muy útil para juegos en los que la posición es importante. Pero estamos en las mismas, la gente tiene que sacar tiempo para dedicarlo incluso en su propia casa y para muchos es imposible xD
Otros sistema que he probado es por foro, que durante mucho tiempo lo estuvimos usando en CI. Con echar un rato y ver qué ha pasado antes, tú posteas tu respuesta, y aunque el ritmo es lento, siempre está ahí y puedes consultar lo que te parezca. Ahora mismo en CI hemos retomado la partida que llevábamos desde hace mucho… pero el ritmo deja mucho que desear ya hay un par que se están descolgando 🙁
Recuérdame que algún día hable de los juegos de rol por correo y su inevitable evolución al foro. Me parece una buena alternativa, aunque nunca sustituirá a una buena partida en vivo. Desgraciadamente, como dices, es lo de siempre: el compromiso lo es todo.
Para los que no lo sepan: cuando Byor habla de CI se refiere a Corps Imperial (corps-imperial.com), un foro del que tengo la suerte de participar.
Como tú, como tantos otros, estoy en una situación parecida hace ya bastante tiempo. Pero llega un momento en que esto del rol es como un dogma de fe: mientras te duran las ganas y la ilusión (bueno, y un grupo de amigos mínimamente fiel), uno sigue paleando, ignorando las decepciones y arañando tiempo. Buscando el ritmo que le va bien, que nunca será el de cuando era joven, pero sobre todo, aprendiendo a apreciarlo, a paladearlo, sea poco o mucho. Algo que no siempre es fácil en la sociedad de prisas en la que vivimos, la verdad…
Pero ahí hay que seguir, al pie del cañón, como Charlton… o no. 😉 ¡Ánimo!
Pues sí, hasta que el cuerpo aguante. Yo desde luego juego cada partida como si fuese la última. ¡Ánimo a ti también!
Como tú, como tantos otros, estoy en una situación parecida hace ya bastante tiempo. Pero llega un momento en que esto del rol es como un dogma de fe: mientras te duran las ganas y la ilusión (bueno, y un grupo de amigos mínimamente fiel), uno sigue paleando, ignorando las decepciones y arañando tiempo. Buscando el ritmo que le va bien, que nunca será el de cuando era joven, pero sobre todo, aprendiendo a apreciarlo, a paladearlo, sea poco o mucho. Algo que no siempre es fácil en la sociedad de prisas en la que vivimos, la verdad…
Pero ahí hay que seguir, al pie del cañón, como Charlton… o no. 😉 ¡Ánimo!
Pues sí, hasta que el cuerpo aguante. Yo desde luego juego cada partida como si fuese la última. ¡Ánimo a ti también!