Hay dos clases de personas… Sí, ya sé que existen infinitas maneras de separar a las personas. A mí también me pone enfermo cada vez que el bloguero listillo de turno empieza con estos rollos. ¿Por qué lo hago entonces? Pues porque en un ejercicio de autoburla me ha parecido divertido utilizar este manido recurso todo lo que pueda en un mismo artículo. Así que permitidme, por una vez, la broma.
Y vamos al grano.
Como decía, hay dos clases de personas: las que han leído El Señor de los Anillos, y las que deben leer El Señor de los Anillos. En las siguientes líneas voy a explicar por qué.
El Señor de los Anillos: el libro que cambió mi vida
Tranquilos, no os voy a soltar un rollo acerca de las virtudes, bondades y características del libro. Para eso ya está internet llenísima de información. Tampoco voy a hacer una reseña del mismo, a estas alturas todo el mundo sabe de lo que estoy hablando; si no has leído el libro, casi seguro que has visto las películas.
Pero sí puedo decir sin lugar a dudas que este libro cambió mi vida. Lo leí en mi adolescencia, antes de los 14 años. Recuerdo que no podía parar de leer por las noches, intentando que mis padres no me pillasen y me obligasen a dormir antes de ir a clase. Estaba completamente flipado, una sensación que he tenido en muy pocas ocasiones después de aquella. Fue la maravillosa edición de Minotauro, con dibujos del propio Tolkien, que atesoro como oro en paño (mi tessssooooroooo… lo siento, no podía evitarlo).
Yo ya iba encarrilado, digamos, pues tenía la cabeza llena de dragones, magos y fantasía. En el artículo acerca del Spectrum decía que yo no sería la misma persona si no hubiese sido por la influencia que me produjo la experiencia de contar con el legendario ordenador, pero probablemente pueda decir lo mismo respecto a este libro. En realidad, ambas influencias son la misma en muchos aspectos.
Tal vez sea algo precipitado decir que la cambió teniendo en cuenta que era muy joven, y lo más acertado sea decir que la definió.
Sea como fuere, hay un antes y un después de la lectura de El Señor de los Anillos. Antes ya conocía la fantasía, la aventura, el sacrificio, la redención, la poesía, la muerte, la superación personal, la amistad, el amor, la lucha… pues de todo eso va este libro. Pero después, todos esos conceptos se aunaron en uno solo, adquirieron solidez, consistencia y coherencia en mi mente.
A partir de entonces se hizo patente lo que yo ya sabía: que la fantasía y el mundo de Tolkien formarían parte del resto de mi vida. Entraba a formar parte del selecto club del que ya no habría de salir.
Podría decirse que a finales del siglo XX había dos tipos de personas: los que aún no habían leído El Señor de los Anillos, y los frikis (dicho con todo mi cariño, como podéis suponer). En ese momento yo me convertía oficialmente en un friki; uno de los recuerdos que tengo es el de estar explicándole a un compañero del colegio quién era Légolas y por qué molaba tanto (acababa de leerme el capítulo en que acude al rescate de Aragorn y los hobbits cuando son atacados por los nazgul… y claro, aún no conocía a Gimli ni sabía que los enanos molan mucho más que los elfos).
**EDITO: me informan mis agentes de inteligencia T’au de que me he colado, pues es Glorfindel el que acude al rescate, y no Légolas; queda corregido**
Las influencias fueron muchas, empezando (como no podía ser de otra forma) por los juegos de rol. Si bien mi primera experiencia rolística fue una minipartida de D&D, mi primer juego de rol fue el MERP: Middle Earth Role Playing. Me lo compró mi padre en la Feria del Libro de Madrid, junto con mi primer juego de dados. Buena la hizo, aunque supongo que lo que vino después ya era inevitable (este blog es prueba de ello).
Otra influencia indiscutible fue sobre el resto de mis lecturas. Por ejemplo, consciente de lo que me gustaban los mundos de fantasía, me apresuré a leer las Crónicas de la dragonlance, que me gustaron pero en absoluto estaban a la altura. Y así con muchas otras que vinieron después.
Y una infinidad de otras pequeñas cosas. De hecho, os contaré una anécdota…
En primero de carrera yo cogía el autobús para ir a la facultad, y solía coincidir con una chica de mi clase que me ponía taquicárdico. Cuál no sería mi sorpresa cuando un día vi que leía un libro, ya podéis adivinar cuál era. Y no, aún no se había estrenado la película del 2001, así que aquella chica o era una friki o estaba a punto de serlo. Aquello fue la señal indiscutible de que tenía que hacer algo, de forma que me acerqué a hablar con ella y traté de impresionarla recitando de memoria el poema del comienzo. Ya sabéis: «Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo…».
La chica en cuestión, muy diplomática ella, me siguió el rollo y fue a la primera página para comprobar si realmente me lo sabía. Incluso se hizo la sorprendida al ver que así era. Me gustaría decir que el final de esta pequeña historia tuvo un final feliz (ejem), pero no fue así. Llegamos a clase charlando amigablemente y ahí se quedó mi patético intento de ligoteo. Tengo otra anécdota aún más patética relacionada con la misma chica, pero ésa mejor me la guardo.
Lo que importa, en cualquier caso, es que hasta en los detalles más pequeños de mi vida este libro ha sido y sigue siendo una parte importantísima. No se me ocurre ningún motivo mejor para convencer a alguien que aún no lo haya leído de que lo lea.

J.R.R.Tolkien y el resto de su obra
Este señor está en mi panteón personal por motivos evidentes, junto a otros genios como Gary Gygax, sir Clive Sinclair, Alfonso Azpiri, o Alejandro Dumas, entre otros.
En la Tierra Media está bien reflejada buena parte de su vida. Es por ello que podemos encontrar tan bien plasmados conceptos como la guerra (Tolkien combatió en la Primera Guerra Mundial), el amor (el pasaje del encuentro entre Beren y Lúthien está basado en cierta ocasión en que su mujer Edith bailó para él en una arboleda), la naturaleza y los escenarios impactantes (el viaje de Bilbo por las Montañas nubladas se basa en cierta excursión que realizó en Suiza), los monstruos (Tolkien fue mordido de niño por una tarántula), etc.
El verdadero interés de Tolkien era dotar a Inglaterra de una completa y rica mitología, y por ello bebe de diversas fuentes, en particular nórdicas y cristianas. Su obra, inconclusa por cierto (por mucho que su hijo Christopher se haya empeñado en completarla, con total legitimidad, eso sí), perseguía este objetivo. Aunque hay muchos escritos de Tolkien al respecto, sin lugar a dudas los dos más importantes son El Silmarillion y El hobbit.
No hay que olvidar que El hobbit es un cuento para niños que escribió, precisamente, para entretener a sus hijos. Pero fue el origen de todo. Ya en este libro se dejaban caer conceptos globales al «universo Tolkien», como la historia de Luthien y Beren, y por supuesto la introducción del Anillo Único.
Sin embargo, es en El Silmarillion donde Tolkien intentó plasmar toda esta mitología. Las cosas como son, su lectura es un coñazo, incluso para los más fanáticos. Tan sólo algunas partes se salvan, siendo el resto del libro demasiado denso. No obstante, no podía escribir este artículo sin mencionarlo.
El caso es que el profesor Tolkien creó un mundo nuevo maravilloso, y eso es incuestionable. Por cierto, en su juventud formó parte de una «sociedad semisecreta», un grupo de amigos con los que quedaba a tomar el té, llamada la T.C.B.S. (Tea Club and Barrovian Society, pues quedaban en un lugar llamado Barrow’s Stores en Birmingham), en la que los cuatro se comprometían a dejar el mundo mejor de lo que lo encontraron a través del arte. Me resulta emocionante imaginar a Tolkien con sus amigos, tomando algo y hablando de literatura, poesía, imaginando, creando… poned una pantalla y unos dados en medio, y todo cobrará sentido.
Tolkien está enterrado en la misma tumba que su amada mujer Edith. En la lápida figuran los nombres de Lúthien y Beren. Hermoso final.

La repercusión de El Señor de los Anillos
Hay dos tipos de personas: los que leímos El Señor de los Anillos antes de la película del 2001 (sí, amigos, 2001, 17 añazos han pasado ya, parece mentira) y los que lo han leído o van a leerlo después. Un detalle que lo demuestra: justo antes del estreno, en la comunidad fan se hicieron dos preguntas; quién era el mejor personaje del libro, y quién debía hacerse cargo de la banda sonora. Las respuestas a ambas preguntas fueron (por goleada) Bill el pony y Blind Guardian; se hicieron las mismas preguntas después del estreno de La comunidad del anillo pero antes del estreno de Las dos torres, y las respuestas fueron muy distintas. Ahí dejo eso.
Es innegable que la película del 2001 (y posteriores) han marcado a toda una generación. Recuerdo viajar en el metro de Madrid y ver a muchísima gente absorta en la lectura de los libros «de moda», muchos con una edición que tenía en la portada la foto de los actores. Sí, en aquel momento aún no proliferaban los ebook, los smartphones o las tablets, y había quien leía en el metro libros de papel; hoy ya quedan muy pocos de éstos.
Oye, todo el respeto por mi parte para estos nuevos lectores. Yo mismo tengo una versión del libro en inglés en cuya portada están los nazgul a caballo. Lo que importa es leerlo, está claro. Pero… las cosas como son: si se lee después de ver la película del 2001 ya no es lo mismo.
Y sin embargo, la lectura es obligada; porque hay que saber quién son Tom Bombadil o Baya de Oro, porque el saneamiento de la Comarca y el final de Saruman puede que sean lo mejor del libro, porque las aventuras de los hobbits con los tumularios son escalofriantes, y por una infinidad de detalles que no se ven en la película del 2001.

Sí, he dicho varias veces «la película del 2001», porque hay otra anterior. Concretamente de 1978 (año de buena cosecha, por lo que parece), filmada con la técnica llamada rotoscopio, que consiste en grabar escenas reales sobre fondo neutro para luego calcarlas como animación. El resultado es mucho mejor de lo que podríais imaginar, aunque vaya por delante que no se trata de un peliculón. Llega hasta la batalla del Abismo de Helm, aproximadamente la mitad de libro; claramente la intención era la de rodar la segunda parte, algo que nunca ocurrió.
Os la recomiendo, sobre todo como curiosidad. A modo de homenaje particular, cuando se estrenó la película de 2001 yo fui al cine con una camiseta hecha ad hoc con la portada de la del 78. Mi amigo David se hizo otra con el anillo único, y mi amigo Alberto otra con Gollum. Buen recuerdo de ese día…
En fin, que me voy por las ramas. Lo importante es que, de forma lógica, El Señor de los Anillos ha trascendido. Además de la película hay juegos de mesa (cosas tan tropicales como un Risk adaptado), videojuegos, merchandising, cómics, juegos de cartas, de rol, wargames… Era cuestión de tiempo que se hiciese una serie, y ya es oficial que está en camino, siendo la gran apuesta de Amazon para lanzar su tv a la carta (aunque no se basará en la propia historia del libro, sino que al parecer tendrá líneas narrativas anteriores).
Quiero remarcar especialmente el trabajo de los dos ilustradores «oficiales» del universo Tolkien: Alan Lee y John Howe, cuyos dibujos han aparecido en varias ediciones del libro, en varios juegos, y en las propias películas.
Sin duda todo esto demuestra que Tolkien sí consiguió dejar un mundo mejor del que se había encontrado.

«En un agujero en el suelo vivía un hobbit»
Sencillas palabras que dan comienzo a un mundo complejo, rico y enorme. Las mejores obras comienzan con palabras simples porque no necesitan de artificios lingüísticos.
En fin, ya era hora de que hiciese mi pequeño homenaje en éste, mi espacio digital.
Hay dos clases de personas: las que han leído El hobbit y El Señor de los Anillos y las que están a punto de hacerlo. No lo digo yo, lo dijo The Sunday Times cuando se publicaron los libros.
Por algo será.
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¡¡¡Tío!!! De casualidad acabo de descubrir tu blog y me ha emocionado tu artículo un montón, yo también soy de los que leyeron los libros antes de ver las pelis y qué quieres que te diga, las pelis molan muchísimo, están hechas con un cuidadoso cariño al autor la verdad, pero donde esté leerse el libro durante horas como tú dices, noche y día, sin querer soltar el libro (en papel por supuesto llamadme antiguo que lo soy y a mucha honra), e imaginarte tú mismo en tu cabecita, esas veredas, esas Montañas Nubladas, Rivendel, ese Bosque Negro, esas llanuras de Rohan, esa Ciudad de Gondor, esas Minas de Moria, esa acongojante cueva de Ella Laraña, por no hablar de esas fiestas familiares de hobbits, interminables, y esas batallas, épicas y requeteépicas. Y por cierto, yo también soy de los que «utilizaron» la saga de las obras de Tolkien para ligar, cómo no, y siento decirte que a mí sí que me dio el resultado esperado, la que es ahora mi mujer, por aquel entonces mi novia, la agobiaba con las historias de Tolkien, la obligué (literal) a leerse El Hobbit, y se lo leyó y la encantó. Y la «embauqué» con la historia de amor de Arwen y Aragorn. Los detalles, como tú bien haces, también me los guardo. Encima vas y pones la portada del libro del juego de rol de ESDLA, las partidas con mis amigos eran interminables, y tanto los libros como el juego marcaron también un antes y un después en mi azarosa vida. ENHORABUENA POR TU BLOG Y POR ESTE ARTÍCULO QUE ME HA HECHO REVIVIR MOMENTOS DORMIDOS EN MI MEMORIA. UN ABRAZO DE FRIKI A FRIKI
¡Gracias, me alegro de haberte despertado esos recuerdos! Un abrazo y bienvenido a mi taberna
Maravilloso articulo. En mi caso recuerdo que fue mi prima, que nos narraba a mi y a mi hermana cuando yo tenía unos 7 u 8 años las aventuras de Bilbo en el hobbit. Poco después empezó a contarnos sobre El señor de los anillos, pero ella que iba a la universidad dejó de contarnos las peripecias del sobrino de Bilbo. Y así es cuando empecé con 7 añitos a leerme el hobbit, tarde mas años en llegar a poder leer ESDLA, era una lectura muy compleja a esa edad y hasta los 12 o 13 no fui capaz de leerlo. Y puedo decir que es una de las cosas que cambió radicalmente mi vida, hay mas, pero una de las que mas peso ha tenido ha sido sin dudas ese libro.
Me parece que MERP fue el inicio de una generación de roleros, a dia de hoy es un juego que me da completa pereza tocarlo, pero lo tengo aún en mi estantería y dudo mucho que vaya a irse.
Ídem, MERP no sale de mi estantería. ¡Gracias por tu comentario!
Hola! Gran artículo, muchos nos sentimos identificados con tu relato. Yo lo leí sobre la misma edad que tú tras devorar por segunda vez El Hibbit y mientras jugaba los viernes a D&D, qué época. Solo un detalle a añadir, tras la peli del 78 se hizo un intento de segunda parte en el 80, continuando donde se queda la del 78 pero con la estética de la anterior de El Hobbit y realizada por el mismo equipo de animación. Aquí más info https://es.wikipedia.org/wi…
¡Muchas gracias! Pues mira, lo había visto por ahí en alguna ocasión pero no tenía muy claro cómo era. Sí sabía que intentaron hacer una segunda parte igual que la primera y que no cuajó, lo que no sabía era que el mismo equipo había hecho una peli de animación. ¡Buen aporte!
Parece increíble la similitud de experiencias que nos encontramos. En mi caso, mi padre también tuvo algo que ver, pero de forma inversa: nos leía El Señor de los Anillos a mi hermano y a mí para que nos durmiéramos cuando éramos pequeños. Cosa que conseguía con suma efectividad. Y claro, ya pasados los doce añitos tuve que coger el libro para saber de qué iba aquello… lo cual derivó en que nos pilláramos el juego de rol en su momento. Por cierto, conservo uno de los dados que nos regaló Margarita, de Capua Hobbys, al comprarlo (para mis sufridos jugadores: el azul, no el amarillo).
Hablando de ilustradores y juego de rol, creo que Angus McBride se merece una mención; la mayor parte de las portadas del juego y suplementos son suyas (Rolemaster incluído), y la verdad que son muy buenas.
Tienes toda la razón, no sé cómo me he dejado a Angus McBride. Bueno, de alguna forma los dos anteriores son los «oficiales» del mundo Tolkien, pero es cierto que el trabajo de Angus es buenísimo.
Magnífico articulo Brottor!
Mi experiencia es similar a la tuya, leí El hobbit con 12 añitos y el Señor de los Anillos con 13 o 14 y dejaron una huella tan profunda en mí que me convirtieron en un “friki” para siempre. Aunque las películas, en general, me gustan, echo un poco de menos esa sensación pre siglo XXI cuando la Tierra Media era famosa entre los amantes de la literatura y la fantasía pero desconocida para el gran público, creo que se ha perdido un poco de magia por el camino.
Ah! Y respecto a la encuesta que comentabas: ¡yo soy de los que cree que El Silmarilion está basado en el Nightfall in Middle Earth! ;D
¡Gracias Tellus! Sí, yo también voté por Blind Guardian. Entiendo la elección final de Peter Jackson por Enya, la verdad es que es una preciosidad. Pero anda que no habría molado…
A mi la banda sonora de Howard Shore me encanta, aunque habría estado bien que los pillaran ni que hubiese sido para hacer una canción de los créditos finales, pero ya sabemos cómo funcionan estas cosas y ahí entran en juego intereses de discográficas, etc..
Cuando salga el tan esperado proyecto orquestal (se supone que este año o el que viene) podremos hacernos una idea aproximada de lo que podría haber sido.
PD: Se me ha olvidado antes pero te lo digo ahora: tienes mi más profunda admiración por atreverte a intentar ligar con alguien recitando un poema del señor de los anillos y encima hace casi 20 años. Que cómo dice un colega «¡¡Ahora es muy fácil ser friki!!», con juegos de tronos, pelis de marvel, big bang theory… pero la travesía para llegar hasta aquí ha sido más dura que cruzar el Helcaraxë!!
Tendría algún mérito si la jugada me hubiese salido bien. Lamentablemente no fue el caso.
Estoy completamente de acuerdo, yo también lo comento a veces: ahora «mola» ser friki, pero no hace tanto tiempo no era así…
Saludos Brottor hace tiempo que leo tu blog,
muy interesante el artículo sobre Tolkien ¡ no sabia el tema de la tarantula! conozco a mucha gente que le ocurrió como a ti, volvían de clase y devoraban el libro, en cambio a mi no me ocurrió… lo encontré muy tostón; cuando describre los paisajes se me hacia soporífero.. aunque una gran obra de todas formas ¡ en cambio el Silmaril lo devore! lo mismo me ocurrió con el Hobbit, mucho más infantil,me encanto.
Me parece que a muchos nos ocurre igual, después de ver la película, nos quedan substituidas nuestras imagenes mentales de la historia por las de la película y nos duele un poco, es un golpe a nuestra imaginación.
A ver si te animas hacer un artículo sobre videojuegos de los libros de Tolkien, o uno más extenso sobre Tolkien en si,
un placer leerte y un saludo!
¡Gracias Fel Rick! No creo que haga artículos sobre videojuegos, los trato de refilón cuando toca (como en el artículo del XCorps), pero de momento no quiero meter más temas en el blog, que bastante variado es ya. Respecto al propio Tolkien, te recomiendo que leas la entrada de la Wikipedia, que es muy completa y está llena de curiosidades, o este artículo de elanillounico.com:
http://elanillounico.com/to…
Bravo!!! Creo que prácticamente puedo suscribir cada palabra de esta entrada.
Recuerdo los días saltándome las clases para ir a la biblioteca a leerlo, las grandes campañas al MERP y, como tu, esa sensación de que ese libro me acompañaría toda la vida.
Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.
🙂